Tomas Llavador Arquitectos + Ingenieros

Ganador del concurso de arquitectura convocado por el consorcio público que gestiona el hospital, el edificio ampliará los dispositivos quirúrgicos del centro con 28 quirófanos de alta especialidad, una unidad de cuidados intensivos y una unidad de corta estancia. El proyecto conjuga la máxima funcionalidad exigible a un edificio sanitario con una imagen de vanguardia. Quirófanos con luz natural y altamente tecnológicos permiten la instalación de sistemas de robots quirúrgicos de última generación que posibilitarán cirugías complejas con invasiones mínimas al cuerpo humano.

La distribución de los espacios concede, con un innovador esquema, una mayor superficie para la zona asistencial y menor a la destinada a residuos de lo que es habitual en otros centros hospitalarios. Esta organización permite acortar los itinerarios de desplazamiento interno, tanto para el propio personal del hospital como para los pacientes.

Todas las instalaciones son exteriores, entre la fachada y la piel que protege el edificio, asegurando así un mantenimiento sencillo e independiente de las diferentes estancias. En caso de averías o controles rutinarios, la actividad en la zona quirúrgica no se ve afectada.

La piel de la fachada se forma por paneles de acero galvanizado, corrugados, perforados y lacados que se organizan con un ritmo aparentemente arbitrario. En el interior, se utiliza el recurso del color para codificar los espacios según el uso. Desde el exterior el color también se lee, convirtiendo el edificio en un gran código de barras.

Hay un proyecto unido al nuevo bloque quirúrgico que contempla la urbanización de la zona suroeste del edificio