Tomas Llavador Arquitectos + Ingenieros

El carácter urbano de Feria Valencia crea un diálogo constante con los residentes y los barrios de la ciudad. Inicialmente, sin embargo, su situación plantea una serie de cambios complejos. Como el crecimiento urbano de la zona impide cualquier ampliación de la feria, se tuvieron que buscar audaces y creativas soluciones. Otro inconveniente era el denso tráfico en la carretera que cruzaba el centro de exposiciones.

Se creó un eje de conexión de acceso a la autopista, utilizando un nuevo paso subterráneo como intercambiador de tráfico; y los puentes y pasarelas sobre la autopista CV-31 para conectar la circulación con el complejo ferial. Esto también permite la conversión de la plaza grande de color verde en un espacio peatonal. Los grandes parkings subterráneos, que actúan como intercambiadores con zonas diferenciadas para transporte público y privado, fueron diseñados para mejorar la accesibilidad a la Feria.

El nuevo complejo de exposiciones opera en dos escalas: la urbana y la humana. A pesar de que los edificios construidos conforman un gran volumen, se estableció una jerarquía: un acceso a la Feria que la hace que accesible y en armonía con el entorno urbano. Feria Valencia es ahora un entorno amigable, eminentemente peatonal, alrededor de una gran plaza ajardinada de recepción, favorable incluso para el ocio familiar.